08/02/2019
La inauguración ayer del hotel Vincci Consulado de Bilbao con la presencia del alcalde Juan Mari Aburto, ha constituido la bienvenida oficial de la ciudad al nuevo velero que ha amarrado en Abandoibarra, en la calle Alameda Mazarredo 22.
Este edificio singular se asemeja a un elegante velero que ha llegado navegando ría arriba para quedar amarrado frente al Museo Guggenheim, en el corazón del Bilbao más moderno. Se abre en dos puntas que miran al Puente de La Salve y el museo, y en su estructura se pueden percibir las líneas de la proa y la vela del velero.
El edificio ha sido diseñado por Agvar Arquitectos y Axis Arquitectura y Urbanismo y ha sido construido por Jaureguizar y Eslora. Cuenta con 14 alturas –cinco plantas donde alberga el hotel y nueve plantas de viviendas- y cuatro de garajes.
El nuevo cuatro estrellas en Bilbao es un espacio innovador equipado con modernas instalaciones. Dispone de 93 habitaciones -entre ellas seis suites- salones de reuniones, el restaurante “Kondutxo” y una magnífica terraza mirador de más de seiscientos metros con vistas a la ría. En la planta baja se encuentra el acceso principal, el lobby de recepción, las zonas de estar de los huéspedes, el lounge bar y la terraza. Las habitaciones están situadas en las plantas superiores, con un gran atrio central que configura el espacio de comunicación entre ellas. El nombre del hotel tiene su origen en la centenaria institución Consulado del Mar y Casa de Contratación de Bilbao, creada en 1511 y que rigió el destino económico de la ciudad.
En sintonía con el edificio las 38 viviendas ubicadas en el edificio se definen por su modernidad y su singularidad. Cuentan con amplios espacios, grandes terrazas, vistas exteriores y elementos especiales a nivel de diseño y constructivo. Se caracterizan también por su alta eficiencia energética, con parámetros cercanos a los de las “casas pasivas”. Un ahorro energético que se consigue con medidas que disminuyen la demanda energética y con medidas que reducen los consumos. De esta forma se minimiza la huella energética de las familias que los habitan y se contribuye a un Bilbao más respetuoso con el medio ambiente. Para Jaureguizar, como participante en el proyecto de edificación, esta sostenibilidad es el alma de todo el edificio y conecta con el futuro de la ciudad y de nuestra actividad.